Soledad,
frío y oscuridad de un escenario vacío. Faltan los músicos y falta la
artista, aunque no su esencia. Una luz cenital como único acompañante de
tres voces que darán cuerpo a esas letras y sentimientos que la persona
que no está en su día nos transmitió. Joana canta sin coros y sin músicos “Torre de Arena“, Antonio cuenta la historia que sucede “En una esquina cualquiera” y Erika expulsa su rabia y su emoción poco contenida con “La Loba“.
Tres voces, tres canciones y un único sentimiento. La soledad y el
vacío que nos queda en el momento que sabemos que no volveremos a ver a
alguien contrasta cuando somos conscientes de que falta la persona pero
su alma y su legado queda para la eternidad. Por eso, de esa oscuridad y
silencio emerge la luz y la alegría, y la soledad del escenario se
convierte en la “Soleá” que los tres artistas cantan a
coro junto a los músicos que ya han llegado para demostrar que Marifé no
está, pero su música sigue con nosotros…
Solo fue el comienzo de lo que estaba por venir. “Tu no te has ido”
no es solo el homenaje que tres grandes voces de la copla rinden a una
de las reinas de la Copla. A través de las canciones de Marifé hemos
asistido a la madurez escénica y como artistas de los tres primeros
triunfadores de Se Llama Copla. Este espectáculo indirectamente nos ha
mostrado a tres artistas muy crecidos y que ya tienen una concepción
distinta de lo que debe ser un concierto de Copla, con mucha más
profesionalidad y planificación (o presupuesto, todo sea dicho) que lo
visto hasta ahora por aquellos que llamamos “copleros”.
Tras recordarnos por qué estábamos ahí tocaba ya ver un concierto de
Copla genuino y que por momentos nos hacía retroceder en el tiempo: Antonio Cortés interpretaba cual actor la intensidad de “Te he de querer mientras viva“, Erika Leiva viajaba a los años 70, a aquel momento en que la Copla abrazaba la canción melódica en temas como “Ten Cuidado” mientras que Joana Jimenez sacó la primera bata de cola con peina y abanico para recordar la copla más clásica y autentica en el pasodoble “Elvira la Cantaora“.
Tres momentos, tres formas de entender la Copla y tres artistas que han
crecido exponencialmente en lo profesional, detalle que se pudo
apreciar mejor a continuación en un cuadro que fue marifestismo puro: Antonio fue todo sentimiento e intensidad al poner en pie “Esclavo de tu amor” y “Trece de Mayo“. Erika mostró la versatilidad del repertorio de Marifé al cantar primero “La Emperaora” para pasar después a “Me valga la Magdalena“. Joana por su parte que había tomado de la artista trianera la visceralidad a la hora de enfrentarse a las letras dramáticas en “Maldito sea el querer” y en “Separaos“, gran canción que ella cantaba por primera vez.
El retroceso temporal que parecíamos ver en el escenario al ver un
montaje más elaborado y visual que los recientes conciertos de copla, se
completaba a su vez con una actuación propia de los musicales copleros
de mediados del siglo XX. Juntos de nuevo, los tres artistas
escenificaron a la vez que cantaron “Caramelitos de menta“, tema alegre (de los muchos que tiene Marifé) en los que Joana, Erika y Antonio
sacaron afuera su vis cómica en medio de tanta intensidad y recordaron
que la Copla también tenía ese momento de diversión a la vez que
costumbrista, además de ser un género en el que a veces se teatraliza lo
que en principio es un concierto.
La alegría de ese último número preparó a un público caldeado para un
final con las letras que se hicieron himno en la voz de Marifé: Antonio se atrevió con “La gente“, primero a piano y luego con la banda en la segunda parte, Erika Leiva, en claro guiño a La Línea de la Concepción haría lo propio con “Amor maldito“, de la misma manera que Joana Jimenez versionó, mantón de manila mediante, una copla que Marifé hizo inmortal: “María de la O“.
Como no podría ser de otra manera, lo mejor se dejó para el final:
malagueño casi de adopción, al igual que una Marifé que vivió sus
últimos años en la Costa del Sol y estuvo muchas Semanas Santas allí, Antonio Cortés levantó al público tras cantarle, y de qué manera, a la virgen de la Amargura de Málaga en “Romance de Zamarrilla“. Erika Leiva se emocionó al volver a cantar una canción que ha heredado directamente de Marifé: “La Encrucijada“,
esa canción que la acompaña desde hace 5 años, que ha cantado miles de
veces y que probablemente, por las circunstancias le haría recordar todo
aquello que ha vivido desde que la interpretase por primera vez. Joana
volvería a cerrar el círculo (o triangulo) que daba forma al espectáculo
con otra canción irrepetible en la voz de Marifé pero que ella ha
sabido hacer suya desde que se la escuchásemos por primera vez: “Mis
Tres Puñales”.
El repaso a la trayectoria de Marifé llegaba a su final tras este
apoteósico duelo a tres. Las luces volvían a desaparecer y un plano de
la trianera volvía a llenar el escenario. Sin bajar al patio de butacas,
los tres artistas se unieron más que nunca al público presente cantando
“Tu no te has ido” casi siempre frente a la imagen de
la actriz de la Copla. Conmovedora imagen, en la que no daban la espalda
al público, más bien se hacían representantes del sentir de todos
aquellos que estaban allí cantándole a Marifé que ella no se había ido
porque, como dice la letra, no hay libro que explique su partida, más
bien nos cuentan su vida y su obra, aquello que lo fue lo que se
homenajeó allí, al legado de la “Vendedora de coplas“,
la actriz y reina de la Copla que vivió por y para el género y que
estuvo hasta el final apoyando a todo aquel que quiso acercarse a él.
Finalizaba así un homenaje a una gran artista que también ha sido la manera particular por parte de Erika, Joana y Antonio
de autoreivindicarse como artistas y como voces a tener en cuenta en la
Copla actual, realizando un espectáculo en el que la gran orquesta
dirigida por Daniel Matas, el elaborado (y muy bien
planteado) estilismo creado por varios diseñadores y la profesionalidad
general que envolvía todo hacen de “Tú no te has ido”
un espectáculo de Copla con mayúsculas, con estructura definida y que
parece algo más que un concierto al uso. En pocas palabras, Marifé de
Triana juntó a tres artistas que desde hace cinco años estaban
destinados a hacer esto y ha sido ahora cuando por fin han puesto este
espectáculo en pie. Sublime.
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